El próximo 23 de octubre se realizará en la ciudad de Corrientes una marcha en defensa de la salud mental, con el propósito de visibilizar la falta de recursos, la crisis social y la necesidad de construir políticas públicas sostenidas en el tiempo.

La concentración comenzará a las 9 de la mañana en la Plaza Cabral, desde donde los participantes recorrerán un trayecto que incluirá el paso frente al Ministerio de Salud Pública y culminará en la Plaza 25 de Mayo, frente a Casa de Gobierno.

Así lo confirmó entrevistada por IDStream, Ariana Acosta, estudiante de Psicología e integrante del grupo organizador, quien destacó que “la idea es realizar un camino ordenado, pero a la vez disruptivo, para expresar el reclamo de toda la comunidad vinculada a la salud mental”.

Acosta explicó que la convocatoria está dirigida a toda la sociedad, no solo a profesionales o estudiantes del área. “Convocamos a toda la comunidad porque entre estudiantes y trabajadores afines a la salud mental sostenemos que la comunidad abarca múltiples aspectos como la convivencia, el trato y las nuevas formas de construcción que tenemos de las nociones de salud mental”, señaló.

En este sentido, remarcó la importancia del entorno social en la construcción del bienestar individual y colectivo, advirtiendo que “sin la comunidad, sin el contexto en el que uno se mueve, no se puede construir una noción adecuada de salud mental”.

La organizadora también hizo referencia al contexto actual, marcado por la crisis económica y la falta de financiamiento estatal en el sistema sanitario. Aseguró que “ante una crisis social y económica, sumado al cierre de dispositivos y a la poca financiación estatal en el ámbito de la salud, las personas tienen menos acceso a un buen tratamiento, lo que crea una emergencia social en cuanto a la salud mental”.

En esa línea, subrayó que el objetivo central de la marcha es visibilizar esa situación y exigir respuestas concretas por parte de los organismos públicos responsables.

Asimismo, Acosta destacó la desigualdad existente entre provincias y regiones del país respecto al manejo de los dispositivos de atención en salud mental. “Es muy distinto en cada provincia como así también en el manejo completo del país”, afirmó, agregando que “muchos dispositivos de índole organizativa social, barrial o eclesiástica terminan atendiendo cuestiones estatales, ya que el hospital de salud mental también deriva casos porque no hay lugar, personal o instrumentos para atenderlos”.

En ese marco, reconoció la labor de cooperativas y organizaciones que, pese a la falta de recursos, asumen responsabilidades que deberían ser del Estado.

SALUD MENTAL Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA: UNA DEMANDA COLECTIVA

Durante la entrevista, Acosta reflexionó sobre la distancia entre el discurso público y la realidad de las políticas en salud mental. “Hablamos mucho de salud mental, pero desde el Estado o los organismos médicos no siempre se hace todo lo que se debería hacer”, sostuvo, al tiempo que enfatizó la necesidad de transformar las palabras en acciones concretas. La estudiante destacó que el encuentro busca precisamente “poner el cuerpo y buscar otras formas de acercarnos al ojo público, a la gente que no está dentro del área o de la ética profesional, para generar un sentimiento que convoque a una nueva visión de la salud mental”.

Entre las organizaciones que acompañan la convocatoria, mencionó a Marandé, Vientos de Libertad, Casa Pueblo y los Ángeles del Puente, entre otras. Estas agrupaciones, explicó Acosta, “cumplen una función muy noble en poder acercarse a la gente que ven en la calle y buscar conectar con el otro para poder de alguna forma proveer un bienestar”.

En ese sentido, consideró que cada organización y cada participante aportan su propia mirada sobre qué significa cuidar la salud mental y cómo deben construirse redes de apoyo efectivas.

Acosta también señaló que la educación formal y los espacios laborales no contemplan, en general, una formación orientada al cuidado de la salud mental. “Es algo que en realidad no nos enseñan en la escuela ni en los organismos de trabajo”, afirmó, recordando que la precariedad laboral y la falta de oportunidades agravan la fragilidad emocional de muchas personas.

“Cuando querés acceder a un trabajo digno, uno tampoco tiene herramientas para construirse una vida y seguir funcionando constantemente; la salud mental no está del todo visibilizada a la hora de entender que la necesitamos para vivir”, agregó.

Finalmente, la entrevistada reiteró la invitación abierta a participar de la marcha del 23 de octubre y subrayó que el reclamo no pertenece a un grupo cerrado, sino a toda la sociedad.

“Nos compete como comunidad visibilizar y exigir las respuestas por parte del organismo estatal”, concluyó.