El diputado nacional por La Libertad Avanza, en diálogo con El Radar —que se emite los domingos de 11 a 13 horas, con la conducción de Facundo Sagardoy por InfoDRadio 106.3 FM—, llamó a sentar las bases de un Estado eficiente: que garantice servicios esenciales sin avasallar la iniciativa privada.

Señaló que la transformación debe apoyarse en cuatro pilares: educación, cultura del trabajo, inversión en capital humano y protagonismo juvenil.  

Reivindicó la libertad individual como principio rector, defendió la necesidad de reducir el gasto público y revalorizar el esfuerzo personal, y subrayó que el verdadero compromiso político debe forjarse con la ciudadanía, más que con las estructuras partidarias tradicionales.

Así transcurrió el diálogo. 

– Diputado nacional por La Libertad Avanza, Lisandro Almirón, referente de La Libertad Avanza, a quien se señala como posible candidato a gobernador por la fuerza política que encabeza el presidente Javier Milei. Dada la proximidad del escenario electoral en Corrientes, vamos a solicitar al diputado nacional una oportunidad para conocer su visión política y los desafíos que enfrenta la provincia en el contexto nacional. Lo tenemos en comunicación.

—¿Qué tal, Facundo, cómo estás?  

—Muy buenas tardes, diputado. Sabemos que está en la travesía con La Libertad Avanza. ¿Cómo emprende ese recorrido?  

—Muy contento de encontrar mucha gente que se quiere sumar al espacio, gente que tiene cierto hartazgo de la política: jóvenes, emprendedores. Estuvimos con sectores cooperativistas, estuvimos reunidos con gente del sector tabacalero en Goya, con productores agropecuarios en Esquina, y con gente joven desde los dieciséis años hasta chicos que están terminando sus carreras universitarias. Tienen muchas ganas de cambiar la historia de la política de los últimos años en Corrientes, que viene tras sufrir políticas que no han permitido ni el crecimiento ni el desarrollo de una de las provincias más ricas del país, pero más pobres en los indicadores respecto a la pobreza. Así que estamos transitando rutas que tienen deficiencias para la conectividad, no solamente de la producción, sino también del tránsito de chicos que, por ahí, están aislados, sin poder salir y tener educación universitaria o ni siquiera secundaria en algunos casos, como el de Pueblo Libertador, un lugar que está prácticamente aislado de las posibilidades de tener conexión con el resto de la provincia, y con un desfasaje del sector público. Ahí, por ejemplo, un 99 % de la gente depende de la municipalidad, como en muchos otros pueblos. La verdad, en este relevamiento —no solamente para tomar contacto con todos los correntinos, sobre todo con los lugares más alejados— también uno va viendo qué daño se ha hecho al Estado en los últimos gobiernos. No hemos tomado conciencia del daño terrible que se le hace a un ciudadano cuando la provincia, el país, el municipio es mal administrado.

—Lo he escuchado en otras entrevistas, diputado, decir: “La primera alianza de La Libertad Avanza en el territorio es con la ciudadanía”. Me gustaría si pudiese tomarse un minuto y explicarnos este concepto, y también el concepto de “alianza” que está empezando a manifestar La Libertad Avanza en estos términos. Y si pudiese señalarnos qué objetivos están trazando en estas reuniones territoriales. Después de su paso por Santo Tomé, ya hay un candidato a intendente de La Libertad Avanza en esa ciudad, ya hay candidatos a concejales que están presentando propuestas.  

—Sí, bueno. En principio, esta es una de las necesidades inmediatas que tiene el partido: ir solucionando y acomodando las candidaturas en los distintos puntos de la provincia. Si bien no hay calendario electoral —por el plazo que prevé la Constitución para la convocatoria a gobernador— no se pueden extender mucho más allá de agosto u octubre. Entonces, la planificación viene basada en la potencialidad que va a tener el espacio de firmar alianzas en julio. Más allá de que entiendo que tenemos un sistema electoral que necesita y amerita modificarse —tenemos la misma forma de votación desde 1915, desde la ley de la Constitución— esa desempeña hasta acá no tuvo evolución respecto a la forma de presentar candidatos. Teniendo hoy tecnología, o la posibilidad de, por lo menos, ver la foto de los candidatos en el cuarto oscuro, nosotros seguimos con un sistema bastante injusto y poco claro, que genera bastante confusión: esas sesenta boletas que van a estar. Entonces, cuando se habla de alianzas, nosotros queremos dejar claro que no nos interesa participar en esquemas que tengan que ver con acuerdos electoralistas de corto plazo. Nuestro compromiso hoy es con el correntino, y el correntino nos demanda, como primer lugar en la agenda, volcar esa energía con la que todos manifiestan su hartazgo con la política. No cometer el error de caer en esa trampa de que, por el solo hecho de tener más boletas en el cuarto oscuro, uno cometa una gran equivocación, porque el sistema electoral te conduce a eso.  Mantener la entidad, la identidad, hoy es fundamental para el espacio. Y creo que La Libertad Avanza tiene una definición clara de quiénes son los ciudadanos libres que quieren y se sienten identificados con nuestro espacio. En ese sentido, estamos trabajando para tener los mejores hombres y las mejores mujeres en nuestras listas.

“La libertad es elegir sin la opresión del Estado”  

– Hablando en esos términos, diputado, lo consulto como referente de La Libertad Avanza: ¿Qué acciones específicas considera que deben implementarse para reflejar las ideas de la libertad promovidas por La Libertad Avanza? Habla del correntino en concreto, de la batalla cultural, pero también hay personas afines a la política que se interrogan, de pronto, si pueden o no formar parte del espacio, pero con esta duda: la libertad, ¿entendida desde qué punto de vista, diputado?

– Bueno, en primer lugar, la libertad entendida como la opresión que ha tenido el ciudadano de un sistema de privilegios que generó la política en los últimos treinta años. Una falta de competencia en el sector privado por intromisión del sector público. Un permanente manotazo del sector público hacia el sector privado en el bolsillo, generando impuestos distorsivos, tasas que no contraprestan ningún tipo de beneficio para la sociedad. Es decir, esto no se vuelca ni a salud, ni a seguridad, ni a educación. Un sistema donde el capital humano es relegado. Fijate vos lo que cuesta hacer entender al Estado que el capital activo que uno tiene en materia de salud no pasa por tener un hospital bien pintado y maquillado, con servicios y contrataciones que aumentan el volumen del gasto público en obras, sino más bien por cuidar a nuestros profesionales y tener un salario digno por la actividad que realiza una especialidad. Un cirujano no puede ganar lo mismo que un puntero político. Un policía con una dotación de armas que no es la adecuada, sin chalecos y sin preparación técnica, no es alguien que pueda brindar y aportar a un sistema de seguridad por el cual uno pague sus impuestos contento de que tiene protección y se cumple con la Constitución en materia de seguridad. Lo mismo pasa con los docentes. Venimos de Pueblo Libertador, donde hay chicos que dan clases en condiciones que no son las adecuadas, lugares donde no hay bancos, donde un solo maestro da la clase de primer grado hasta sexto. Si los servicios esenciales del Estado no garantizan eso, el hombre no va a poder expresar su libertad a través de las garantías necesarias para generar competencia, riqueza —y entendiendo riqueza en todos los sentidos, en el sentido amplio—. No podés tener un país rico si el Estado no brinda las garantías necesarias para que se puedan producir, atraer inversiones, desarrollar emprendedores, comerciantes e industrias, porque el mismo Estado se entromete en la vida todos los días de los argentinos. El Estado está presente a través de la creación de un excesivo gasto público en el sector de empleo, pero más aún en sectores de contrataciones donde el Estado compite deslealmente con el sector privado. Si vos al sector privado le apartás la posibilidad de que genere —no sé—, en el caso de, no sé, le instalás una planta cementera o de concreto para que el municipio compita deslealmente con el sector privado, me parece que tenés un problema de distorsión. Si te apropiás de los espacios públicos y un tipo que te paga una franquicia de una cafetería tiene que competir con alguien a quien le liberan un espacio público para poner y fijar un canon irrisorio para que un solo empresario vinculado con el Estado se favorezca con un negocio, me parece que está distorsionando el mercado. Y esto pasa en todas las actividades. Me parece que, en ese sentido, la libertad viene a reflotar una idea tan sencilla, pero tan importante, que es no tener la opresión del Estado y tener la libertad y la posibilidad de elegir cómo uno quiere gastar sus recursos sin esa opresión. Y me parece que, a nivel nacional, se ha desregulado en muchas áreas de la actividad que genera riqueza, y en este sentido las provincias y los municipios no han acompañado las políticas económicas que viene impulsando el presidente Javier Milei.

“La batalla cultural empieza por la educación y el mérito” 

 

– En este camino que transita en distintas localidades, ¿qué rol cumplen los valores de autonomía, de desarrollo, de transformación que reclama el presidente a las políticas locales, precisamente acá en Corrientes también, siendo parte del territorio nacional?

– Yo veo una primera etapa, o esta transformación, en fases —como dice el presidente—: transformaciones de primera, segunda y tercera generación. Si queremos transformar la Argentina, es necesario dar una batalla cultural en primer lugar, en materia educativa, retomar la cultura del trabajo, del esfuerzo, del mérito, de saber que vale la pena estudiar, que vale la pena trabajar. Creo que estos últimos años, con las mal llamadas políticas sociales, se ha roto una parte esencial del tejido, que es volver a esa educación que nos daban nuestros abuelos, nuestros padres, de que es fundamental esforzarse para ganarse el pan. Hoy hay un acostumbramiento, un adoctrinamiento. Se adormece la cabeza cuando uno se da cuenta que la gente te pide un plan. Es tremendo. Ha habido cinco generaciones que no han podido encontrar un empleo de calidad. Abuelos, padres, hijos, nietos han vivido de algún tipo de beneficio. Han generado herramientas esenciales para volver a la cultura del trabajo, para entender que la educación es el camino, para entender que el emprendedor es el futuro, el tipo que quiere cambiar el lugar donde vive, transformarlo, mejorarlo. Si ve que un foco no funciona, tener la capacidad de reclamarlo, de dar ese debate, si no es a través de los consejos deliberantes, a través de las redes sociales. Si uno ve que no funciona el alumbrado, barrido o limpieza, hace el reclamo. Si uno ve que hay un funcionario que roba, pide que lo echen. Este tipo de cosas tienen que cambiar, porque nos hacen mucho daño. La gente está muy descreída de la política y de los políticos, fundamentalmente.

– ¿Qué mensaje daría a los ciudadanos que desconfían, dado el contexto, de las nuevas propuestas políticas?

– Miren, nadie que le diga que no es necesario achicar el gasto público está diciendo la verdad. Esto es necesario en cualquier orden del Estado. Nosotros hemos hecho un estudio exhaustivo de cuál es la anatomía del Estado, y entendemos que hay duplicación de cargos, que son cargos que no le prestan ningún beneficio y no generan ninguna sensación de bienestar para el ciudadano, más que pagar un sueldo indebido. Hemos visto un crecimiento excesivo del gasto público en contrataciones directas. Hemos visto áreas intervenidas por tiempo excesivamente prolongado, como son los entes autárquicos, que han perdido la capacidad de contralor y control de todos los organismos del Estado y de las cuentas y finanzas públicas. Hemos visto que las personas que no asumen la responsabilidad no tienen ningún tipo de sanción, y es fundamental volver al orden. Y el orden implica modificar hoy un sistema que ha quedado obsoleto, que es ineficiente, que es ineficaz y que tiene un alto costo político para todos los argentinos, y sobre todo en nuestro sistema en Corrientes, que vemos que el Estado no ha tomado los recaudos necesarios para que el funcionamiento del Estado sea el correcto.

– Un elemento que aparece como disruptivo dentro de la política, que es el segmento joven, que aunque no participe del todo en las urnas, eh, ya desde los años de la adolescencia, siempre es como el elemento presente en la mesa, ¿no?  

– El joven dejó de ser el futuro, el joven es el presente. Nosotros queremos tener una composición electoral donde nuestros candidatos en todos los pueblos tengan la representación necesaria para dar el cambio y la batalla cultural en cada rincón de la provincia. Para nosotros los jóvenes son el presente. Han dejado hace mucho tiempo de ser el futuro porque justamente el cambio se tiene que dar de raíz. Acá hay una permanencia de más de treinta años de gente que se acostumbró, que se acostumbró a un status quo y, como te decía, un adormecimiento de sectores que deberían, eh, deberían dar un giro copernicano para que la sociedad empiece a transformarse. Estamos muy atrás de otras provincias. Estamos muy atrás de lo que uno quiere para Corrientes. Uno mira —yo que he tenido la posibilidad en el Congreso de dar debates en materia de energía, en materia de industrialización, en materia de inversiones—, me damos cuenta de que necesitamos mejorar nuestra calidad institucional y, en ese sentido, dirigentes que estén a la altura de las circunstancias no lo vamos a lograr.  

 “Si no hay orden, no hay transformación posible”

– No quiero desaprovechar la oportunidad, hablé con el senador Zimmerman hace poquito.  

—Sí.  

– El visto bueno de la Comisión Bicameral del Fondo Monetario Internacional. ¿Cuál es su opinión al respecto, diputado?  

– ¿Sobre el acuerdo del Fondo?  

– El acuerdo del Fondo, sí.  

—No, no, es algo que era sumamente necesario para el país. El país había entrado en los últimos meses, ya sea por los vencimientos y por los tenedores de letras de cambio, y por los pasivos remunerados, y además la bomba de tiempo que dejó el gobierno de Alberto Fernández en los últimos meses con el plan Platita, tres emisiones de tres bases monetarias. Fue realmente un desorden en las cuentas públicas, y la única manera de sacar al país adelante era, primero, obteniendo un crédito y la confianza hacia el presidente Milei. Porque esto también hay que ser claros: es el presidente Milei el que se ha puesto el país al hombro, ha conseguido la confianza de los sectores externos y hoy la Argentina tiene la posibilidad de empezar a tapar los baches que ha dejado la administración de un manejo totalmente irresponsable de la economía. Primero, a ver, arrancando desde Kicillof hasta Guzmán. En adelante, Kicillof con la estatización de YPF, una deuda, un juicio que el Estado perdió y que tiene una deuda de más de quince mil millones de dólares —números más, números menos— los que hoy estamos buscando de fondos al Fondo Monetario Internacional para sanear una situación que viene arrastrada desde la firma con el Club de París, la devaluación de Kicillof, la estatización de YPF, la mala negociación de Guzmán con el Fondo Monetario Internacional, la falta de compromiso y seriedad con los organismos internacionales y la falta de metas concretas como la que hoy lleva adelante el presidente Milei. Es la primera vez en la historia de la Argentina que, teniendo superávit gemelo —es decir, superávit fiscal y superávit comercial—, teniendo una baja tasa de inflación en relación al doce por ciento interanual que había dejado Alberto Fernández, y teniendo un riesgo país de casi setecientos puntos, el país sale a pedir este apoyo financiero para crecer, cuando el crecimiento es del cinco por ciento. Significa que el país por primera vez fue al Fondo a solicitar ayuda para crecer, porque el país está creciendo. No hubo ni una estampida ni una corrida, y la corrida y la estampida la querían generar desestabilizando los mismos de siempre, a los cuales claramente los dejó en su lugar tanto en la Comisión Bicameral, para conseguir este dictamen para ser tratado el acuerdo en la última sesión, como dentro del recinto. Porque los desestabilizadores estaban adentro y afuera del recinto. Afuera, los clásicos, con el movimiento de los colectivos anaranjados, la pecherita y el movimiento del conurbano clásico, para tratar de desestabilizar al país cuando no les toca gobernar. Afortunadamente, los argentinos de bien se pusieron en el lugar que se tenían que poner y este acuerdo se firmó. Y hoy podemos tener la tranquilidad: inmediatamente después de firmado, viste cómo empezó a bajar la ansiedad que se tenía. Así que, por supuesto que defiendo el compromiso que tiene el presidente Milei, y creo que es acertada la medida, y ya se van a ver los frutos en los próximos meses.

– Diputado, lo decía el senador Víctor Zimmerman, seguramente lo dirá el ministro Luis Caputo, es la posibilidad de pensar la reestructuración de las deudas de las provincias.  

– Las provincias tienen… a ver, las metas fiscales de las provincias son muy diferentes. A ver, la Nación hizo un ajuste tremendo, solo asumió el costo político de salir y poner las cosas en su lugar. Las provincias tienen que seguir ese mismo camino. Lamentablemente, hay algunas provincias que siguen con la misma sistemática del gasto indebido, del gasto excesivo. Mire la provincia de Buenos Aires: un desastre. Yo, bueno, creo que esto puede ser acompañado si las provincias toman con seriedad las reformas estructurales.

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