En pleno junio de 2025, los bolsillos correntinos no dan tregua. La inflación, el desempleo y la falta de respuestas concretas por parte del Gobierno nacional generan malestar y resignación entre vecinos que, día a día, se las ingenian para sobrevivir. En un nuevo recorrido por las calles de la capital provincial, la 106.3 Info D Radio, de Info Duarte Servicios Comunicación, recogió testimonios que reflejan un enojo creciente con la gestión del presidente Javier Milei y su impacto directo en la economía popular.

Uno de los testimonios más contundentes fue el de Ramón, quien no dudó en señalar a los políticos como principales responsables de la crisis: “A mí no me alcanza la plata, a los políticos sí. Ellos viven bien. Ahora en campaña salen a molestar por el voto, pero después desaparecen”. Criticó la falta de control de precios y las falsas ofertas de los supermercados: “Te dicen que hay promo, pero te cobran el doble. Mejor ir al mayorista o al quiosco”. Como ejemplo, destacó una única oferta “decente”: seis kilos de papa por dos mil pesos, pero advirtió que ni siquiera eso se puede aprovechar como antes porque “el aceite está arriba de los $4.000”. “Todo está caro”, cerró resignado.

En el mismo tono se expresó Silvana, vecina de Itatí, que fue aún más directa: “La plata no alcanza, y conseguir trabajo es muy difícil. El Gobierno no hace nada”. Recordó que en enero de este año compraba la pata muslo a $1.200, mientras que hoy ronda entre $2.000 y $3.000. En cuanto a la leche en polvo, dijo que pasó de pagar $4.000 por una Purísima de 400 gramos a $7.000: “Todo aumentó casi al doble en solo seis meses, y nadie desde Nación se hace cargo”.

Cristina, otra entrevistada, se mostró indignada por la falta de respuestas del oficialismo: “Los precios suben todos los días, pero los sueldos están congelados. No alcanza ni para lo básico”. Mencionó que consiguió aceite a $2.000 en Carrefour, pero que la oferta exige comprar tres unidades, algo impensado para muchas familias. También criticó la precarización laboral: “Hay mucho desocupado y los trabajos que hay pagan una miseria. Así no se puede vivir”.

Javier, aunque admitió que llega a fin de mes, reconoció que muchos precios subieron y que la situación no es fácil. Su compañera, Camila, destacó que en supermercados como Cuche se pueden conseguir lácteos a menor precio que en los negocios de barrio, pero enfatizó: “Hay que caminar, comparar, hacer malabares. El Estado brilla por su ausencia”.


Conclusión:
Los testimonios recogidos en Corrientes pintan una realidad dolorosa que se repite en muchas provincias del país. En vez de soluciones, el Gobierno nacional parece ofrecer ajuste y abandono. La bronca crece, sobre todo en los sectores más vulnerables que sienten que la economía se hunde mientras desde la Casa Rosada miran para otro lado. Como expresó Ramón, con crudeza y desilusión: “Tenemos un país riquísimo, pero gobernado por sinvergüenzas”.

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