Guadalupe Ortellado, periodista correntina, fue víctima de un violento intento de robo el pasado martes cerca de las 15:30, cuando se dirigía a su domicilio en bicicleta tras salir de su trabajo. El ataque ocurrió en la intersección de las calles Perú y avenida Ferré, en pleno centro de la capital correntina. Un motochorro la interceptó, intentó arrebatarle sus pertenencias y terminó arrastrándola varios metros sobre el pavimento.
El hecho generó conmoción no solo por la brutalidad del ataque, sino también por las imágenes captadas por cámaras de seguridad, que muestran la violencia del episodio. Gracias a la intervención de vecinos, que rápidamente acudieron a asistirla y llamaron al 107, Ortellado fue derivada al Hospital Escuela, donde recibió atención médica por heridas de consideración.
En diálogo con los medios, la periodista relató lo vivido y expresó su agradecimiento por la ayuda recibida: “Apenas pude, me levanté y lo primero que hice fue mirar si no venía un auto a pasarme por arriba. Grité pidiendo auxilio y por suerte los vecinos salieron enseguida. Gracias a ellos y a la ambulancia, fui asistida en menos de diez minutos”.
Ortellado detalló que el atacante intentó arrebatarle una riñonera donde llevaba su celular, pero no logró llevarse nada. Sin embargo, la agresión le provocó fuertes golpes: “Estoy en cama, muy dolorida, con toda la incomodidad y el trauma del momento. Me dijeron que no tengo fracturas, que es una desgracia con suerte. Pero el susto fue enorme”.
El episodio dejó secuelas físicas y emocionales. “Todavía no me animo a revisar si la computadora de trabajo que llevaba en la mochila se rompió, no me quiero amargar más”, contó. También aseguró que le costará volver a trasladarse en bicicleta, al menos con objetos de valor: “Siempre elegía las avenidas porque me sentía más segura, pero ahora no sé qué más puedo hacer para cuidarme”.
Fuentes policiales confirmaron que el agresor fue detenido. Ahora resta saber cómo continuará el proceso judicial. “No tengo muchos motivos para ser optimista respecto del castigo”, se expreso en los medios locales, en referencia al accionar del Poder Judicial.
Ortellado cerró su testimonio con un fuerte agradecimiento a las personas que la asistieron en el lugar del hecho: “Me ayudaron a calmarme, me juntaron mis cosas, incluso una vecina me guardó la bicicleta. No me quedó otra que confiar, y gracias a Dios, todo lo que llevaba volvió a mis manos”.
