Ocho hombres y cuatro mujeres fueron encontrados en la casa requisada por la Policía. Hallaron gomeras, cuchillos y facas. El lunes habían apaleado a un vecino destrozándole la dentadura. El principal apuntado responde al alias de “Juanchuri”, de amplio prontuario.

Desde hace meses en el barrio Irupé ocurrieron incontables actos de vandalismo, robos callejeros, amenazas y golpizas a varias personas. Los autores de tales ilícitos serían miembros de un clan familiar que enfrentaron a la Policía en más de una oportunidad.

Ayer, después de que el lunes un hombre sufrió una brutal agresión en su casa y en la vía pública, la Justicia dispuso el allanamiento al domicilio de los acusados con el saldo de ocho hombres y cuatro mujeres demorados.

En el procedimiento encontraron “facas”, cuchillos de distintos tamaños, hierros con punta, destornilladores convertidos en púas y gomeras con las cuales, según fuentes oficiales, realizan diversos daños contra la propiedad privada.

El principal apuntado en los delitos es un hombre identificado como Jonathan Andrés R., de 30 años, alias “Juanchuri”, de frondoso prontuario criminal.

La causa que motivó el procedimiento de ayer a la mañana, encabezado por efectivos de la comisaría seccional Vigesimoprimera, fue caratulado como “daños y lesiones”.

El Juzgado de Garantías a cargo de Gabriela María Aromí permitió ingresar a los efectivos a la vivienda de la familia numerosa en un pasillo cercano a la intersección entre las calles Las Piedras y Boston.

La orden de captura estaba dirigida principalmente hacia la figura de “Juanchuri”. El resto de las personas fueron demoradas e iban a evaluar qué grado de participación tuvo cada una de ellas en la paliza sufrida por un mecánico de 48 años.

Información conocida por diario época, explica que el 20 de enero a eso de las 23, el mecánico estaba en su domicilio y de repente un cascote atravesó la ventana, hasta golpear un mueble a pocos centímetros de la cuna de un bebé de dos meses.

El dueño de casa corrió hacia la calle y vio a tres jóvenes a los que identificó como parte de la familia de “Juanchuri”. Ofuscado por la situación vivida siguió a los autores del ataque y después de ingresar al pasillo se convirtió en blanco de una agresión que por poco no le costó la vida.

“Eran como diez hombres y mujeres que estaban pegándome; en la cara, la cabeza, la espalda. Vi a Juanchuri que tenía un cuchillo con el que quería hincarme (sic) y me provocó una leve cortadura en la parte de mi panza (sic)”, dijo Daniel en su denuncia penal.

Otros vecinos alertados por la grave situación llamaron a la Policía, mientras algunos de ellos intercedían para “rescatar” a Daniel del pasillo donde le pegaron a más no poder, causándolo diversas heridas y la rotura de su dentadura.

Al llegar el primer patrullero la patota lanzó algunos cascotes, se produjeron disparos disuasivos y hubo corridas. Esa noche no pudieron detener a los violentos.

El herido fue llevado en ambulancia al Hospital Escuela para las curaciones y estudios posteriores para evaluar los daños, debido a la cantidad de golpes que impactaron en todo el cuerpo.

El hombre solicitó a las autoridades alguna medida de restricción o bien perimetral para impedir que fuera blanco de nuevas agresiones, ya que vive con menores de edad.

Antecedentes

En diciembre de 2024, “Juanchuri” cayó preso después de una seguidilla de incidentes, ocasionados tanto en el barrio Irupé como en zona conocida como “La Olla”.

Entonces la Justicia dispuso su detención por el término de 30 días a raíz de un atentado contra la fuerza pública y daños que habían ocurrido en un establecimiento escolar al cual ingresaron a robar junto a sus hijos.

El 12 de enero regresó a las calles y desde entonces la tensión volvió a apoderarse de la barriada.

El hombre cuenta con prontuario de robos, lesiones, hurtos, amenazas y fue parte de una confrontación de patotas, el año pasado, con otra pandilla del barrio en imágenes de video que ganaron amplia difusión por la agresividad de ambos bandos.

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